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Solar Térmica

La energía solar térmica se basa en un principio muy simple: aprovechar el calor de los rayos de sol para calentar algún líquido.
Desde hace años que en la mentalidad de la sociedad se está creando un cambio en el modelo energético y la manera de generar electricidad. Es por eso que diferentes iniciativas de investigación en el mundo gastan millones de dólares en desarrollos y aplicaciones para el mundo actual. Y es que la energía solar térmica es de las más simples de usar, y no necesariamente tienen que producir electricidad.
Una instalación de energía solar térmica concentra el calor del sol acumulando en unas placas denominadas colectores. Este calor es transferido a un líquido que es calentado, siendo este el agua de una ducha, el lavamanos y alguna llave de agua de la mano; o también el sistema hidráulico de calefacción.
El sistema solar térmico consta de lo siguiente:
Colectores Solares: Son placas solares perfectamente aisladas para así aprovechar el máximo del calor del sol.

Acumulador: Es un depósito de agua, así llamando porque además es donde se acumula el calor absorbido en los colectores solares. Es decir, es como un enorme termo que mantiene caliente el agua que usaremos.

Circuito Primario: Circuito hidráulico cerrado que circula entre el colector solar y el acumulador. Contiene un líquido con anticongelante y otros aditivos que facilita su correcto funcionamiento.
Circuito Secundario: Circuito hidráulico que circula entre el acumulador y nuestras llaves de agua.
Bomba hidráulica: Esta bomba es la encargada de mover el fluido a través de las tuberías hasta la llave de agua.
Control: Es el sistema inteligente, encargado de que el sistema completo funcione de manera eficiente y automatizada, y además informar en caso de que ocurra un incidente.


Además la energía solar térmica puede ser aprovechada en energía solar mecánica, para posteriormente poder convertirla en energía eléctrica.